Las lagunas de conocimiento en torno a la infección por COVID -19 en los momentos iniciales de la pandemia, así como los problemas relaciones con el abastecimiento de equipos de protección individual o personal (los conocidos como EPI o EPP) en el que se encuentran las mascarillas, supuso un reto considerable en su día la aprobación de la recomendación del uso generalizado en población general. La falta de estudios científicos sobre la infección y sobre uso de este equipo de protección en población general supuso una importante “ausencia de evidencia” en este campo.
Recientemente ha salido publicada en una revista científica, un trabajo de revisión sobre el uso de las mascarillas para la protección frente a infecciones desarrolladas por profesionales Escuela Andaluza de Salud Pública.
Este trabajo, recopila y sintetiza los resultados de diferentes revisiones realizadas en diferentes contextos, poblaciones y focos de infección. El uso de las mascarillas se asoció a un efecto protector frente a las infecciones respiratorias, tanto en los centros sanitarios como en los centros de cuidados de larga duración y en los eventos masivos, aunque muchas de estas asociaciones no fuesen estadísticamente significativas. Parece recomendable fomentar el uso de mascarillas como medida de prevención, y el consiguiente impacto en la morbimortalidad, basándonos fundamentalmente en un principio de prudencia.
Este trabajo también identificó algunos elementos asociados con la efectividad de las mascarillas, como el uso constante, el máximo tiempo de uso y el grado de cumplimiento con las guías de uso de las mismas. El uso inadecuado de mascarillas puede suponer un aumento en el riesgo de infección; hay que usarlas con constancia, ya que se sabe que la contaminación se suele producir cuando se retiran las protecciones.
A la luz de los resultados de este trabajo, parece razonable recomendar el uso de las mascarillas a la población general, así como incidir en la importancia de que este uso debe venir acompañado de una educación sanitaria para mejorar el cumplimiento y uso adecuado.
(Publicado en Elsevier. Autoría: Antonio Olry de Labry, Clara Bermúdez, Jose Martinez Olmos y Eva Martín Ruíz)